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Prueba Foton Tunland G7 4×4: un paso arriba

Uno de los vehículos más livianos que vende Foton en Colombia se actualiza con un aspecto más moderno, más occidental, unos acabados muy dignos y un nuevo motor para morder más espacio en el apetecible y competido pastel de los pick up doble cabina en Colombia. ¿Su principal baza? el precio y un muy buen nivel de equipamiento.

Introducido hace dos años en parte de sus mercados objetivos (más de 80 países), el Tunland de nueva generación reemplaza al primer modelo que conocimos en Colombia alrededor de 2015 (que, incluso, se llegó a armar en el país)  y presenta un aspecto radicalmente distinto, en el que también cambia su tren motriz. Se deshace del viejo y confiable Cummins 2.8 Diesel y lo sustituye por un propulsor de nueva hornada, también Diesel, llamado Aucan, con un desplazamiento de dos litros, normativa de emisiones Euro VI y  solidario con una caja automática de seis velocidades y modo manual, firmada por el especialista ZF.

Foton, una marca del conglomerado Beijing Automotive Group (BAIC) y quinto fabricante de China por tamaño y ventas, tiene 28 años en el mercado y está dedicada, básicamente, a la fabricación de vehículos comerciales como camiones, buses , tractores, maquinaria amarilla y pick up como la que hoy nos ocupa. En este rubro, es líder en su país de origen. Aparte del Tunland, Foton fabrica otro vehículo de estas características llamado Forland (G9) en otros mercados). Para el motor de este Tunland, usa un propulsor llamado Aucan, de diseño alemán.

Aspecto exterior

Este nuevo Tunland ha dado un salto visual con respecto al anterior, que, con más de 10 años de rodaje, ya lucía bastante desactualizado. Como suele suceder en este tipo de vehículos de origen chino, el riesgo en el diseño es mínimo y sus creadores han copiado gran parte del aspecto que presenta uno de sus competidores, la Toyota Hilux actual, para trasplantarlo a esta camioneta, a la que, eso sí, diferencian con una enorme inscripción de la marca en la persiana frontal y en el portón trasero.

El carro tiene 5.34 metros de largo, 1.94 de ancho y 1.87 de alto. Las distancia entre ejes es de 3,11 metros y tiene 21 centímetros de altura sobre el piso. El platón mide 1.52 metros de largo, 1.58 de ancho y 44 centímetros de alto. Está autorizado para cargar hasta 900 kilogramos. Las llantas vienen en medida 265/60 calzadas en rines de 18 pulgadas en aluminio. El tanque de gasolina recibe hasta 24 galones de ACPM y el de urea es de 12 litros.

Las luces son una mezcla de halógenas y LED. La luz día delantera y trasera es con esta ultima tecnología, mientras las nocturna y las exploradoras tienen la luz amarilla de toda la vida en lámparas bifocales.

Aspecto interior

Para abordar la cabina de la Tunland es posible usar un par de robustos estribos laterales con los que cuenta la versión probada, que la marca denomina Full Pro y es la más equipada que llega al país. El tablero tiene diversos materiales, predominando el plástico duro de buen aspecto y unos apliques que simulan la fibra de carbono y los acabados metálicos.

El cluster de instrumentos es análogo con una pantalla central digital de siete pulgadas e información clara y precisa, sobre todo para consumos y distancias. Hay mandos en el volante, que es regulable en altura y profundidad, para operar el control de crucero y los sistemas de telefonía y audio.

Los asientos, forrados en ecocuero negro y con un curioso capitoneado, al igual que las carteras laterales,  tienen reglaje eléctrico en el lado del conductor para desplazamiento, altura y ajuste lumbar.

Los mandos de la consola central son plásticos en un material color aluminio de muy buena presentación. Ofrecen una percepción de calidad de un auto de nivel superior. Hay botones para el control de estabilidad y el de descenso. La climatización es digital y existe la posibilidad de tener asientos calefactados para los pasajeros delanteros.

La pantalla central es flotante de tipo táctil y de ocho pulgadas de superficie con múltiples ajustes y reglajes para el audio, la telefonía, la cámara de reversa (a color y con líneas guía) y los parámetros de comportamiento del carro. Como curiosidad, puede ajustar una luz ambiental de siete colores para la cabina.

Encontramos buenos espacios para acomodar botellas, vasos, celulares, llaves, documentos y monedas. El apoyabrazos central sirve como una buena caja y allí se encuentran las ranuras tipo USB de las de antes. Bajo los asientos traseros hay espacios muy generosos para acomodar cajas de herramientas o material suelto en cabina. El apoyabrazos de esta zona es plegable y tiene dos portavasos. En general, el espacio para cinco ocupantes en el interior de la Tunland es muy bueno y se ha cuidado, sobre todo, la medida para las piernas atrás así como el espacio para la cabeza. Más que suficiente, incluso para personas que lleguen casi a los 1.90 metros. Esta versión cuenta con seis airbags para protección de los ocupantes.

Aspectos mecánicos

Como ya lo mencionamos, este motor es nuevo para la Tunland en esta generación. Se trata del Aucan 2.0 turbodiesel de 161 caballos y 390 Nm de toque desde las 2.600 vueltas. La inyección es directa common rail de alta presión, firmada por Bosch y el turbo cargador de geometría variable es oriundo de Borg-Warner.

La caja de cambios es una ZF de seis velocidades con posibilidad de manejo manual mediante  movimientos de la palanca y la tracción es 4×4 con bajo, conectable mediante una perilla ubicada en la consola central. La dirección tiene asistencia hidráulica.

La suspensión delantera es independiente de doble horquilla y barra estabilizadora, mientras la trasera tiene un eje rígido con ballestas y amortiguador. La camioneta frena gracias a cuatro discos ventilados y con sistema ABS, EBD y EBA.

En marcha

La Tunland G7 4×4 Full Pro no necesita llave ni para abrir las puertas ni para arrancar, lo hace por proximidad y botón. Una vez acomodados en el asiento, encendemos la camioneta y notamos un motor silencioso, de baja rumorosidad y una muy buena insonorización de la cabina. Se respira una buena sensación de calidad, obviamente, conociendo que este es un vehículo de trabajo principalmente con algunas comodidades para la vida diaria. Como curiosidad, si alguna de las puertas queda mal cerrada, el carro no se moverá hasta que la ajustemos.

La operación de la caja es fácil y tiene buenas sensaciones. El arranque es perezoso en bajas y hay que tener algo de paciencia mientras el turbo engancha para que el carro se mueva con alegría. Este efecto resulta molesto a veces porque el turbo entra de una forma contundente y el vehículo sale disparado después apretar mucho el pedal. Cuando el Aucan recibe esa dosis extra de aire, rueda de manera muy apreciable, la caja desgrana sus cambios con rapidez y la camioneta se mueve con mucha soltura. Sube cualquier loma sin problema (dándole un poco más de acelerador, eso sí) y los 161 caballos y 390 Nm son suficientes en toda condición cotidiana.

Existe la posibilidad de conducirla en dos modos extra: Sport y Eco. Con el primero, el motor llena más su curva de potencia, manteniendo el cambio, y hace los saltos de marcha con una buen dosis de vueltas, haciéndola más ágil en su comportamiento, aunque, por su tamaño y volumen, notamos que no se siente del todo cómodo este chasis cuando le pedimos velocidad a este aparato. Claramente, no fue diseñado con este fin. El modo Eco, como su nombre lo indica, procura el ahorro de combustible y ralentiza las reacciones. Es recomendable solo cuando estemos muy bajos de carburante.

La dirección se siente algo pesada en bajas, nos gustaría que tuviera asistencia eléctrica. El radio de giro está acorde con el tamaño del carro aunque en los estacionamientos públicos, cada vez más reducidos, se hace difícil embocar bien la carrocería y no sufrir por rayones o golpes. Realmente es muy generosa en sus dimensiones.

El comportamiento de la suspensión se nos hace algo torpe cuando el carro va descargado. Tiene un andar algo saltarín por las calles onduladas y rotas de nuestra malla vial y claramente el confort de marcha en este tipo de vías no es su fuerte. El resortado es robusto y está hecho para el trabajo y para cargar un buen volumen de equipaje. Lo que pasa es que este tipo de vehículos suele usarse como transporte familiar en nuestro medio y tal vez es bueno buscar una mejor opción si ese es el destino que le vamos a dar para no desperdiciar sus capacidades. Eso sí, repetimos, la insonorización es muy buena y se filtran muy bien los ruidos de las imperfecciones del camino.

El 4×4 con bajo es una gran ventaja con respecto a algunos de sus competidores, pero si queremos un buen comportamiento en circunstancias extremas de off road, será mejor que le instalemos unas mejores llantas para este fin, porque las que tiene están más enfocadas a la conducción en asfalto

Los frenos tienen una sensación esponjosa al comienzo. Hay que darle más pedal del acostumbrado para detener la masa, pero es cuestión de entender el reglaje que tienen. Para bajadas pronunciadas, es muy aconsejable el uso del control de descenso y no dejarle todo el trabajo a la caja para evitar su bloqueo y autoprotección por exceso de revoluciones (!Nos pasó!).

La economía de combustible resultó en el promedio de lo esperado. En 290 kilómetros de recorrido por diversos terrenos, alturas y condiciones, en campo y ciudad, el resultado del consumo fue de 11.4 litros a los 100 kilómetros, es decir 33.2 kilómetros por galón . Entonces, si a la camioneta le caben 24 galones de combustible en el tanque, la autonomía real puede estar por el orden de los 790 kilómetros con una tanqueada de 240.000 pesos colombianos al momento de escribir esta nota.

En Conclusión 

Por 150 millones de pesos a la fecha, la Foton Tunland G7 4×4 con el nivel de equipamiento Full Pro se hace una opción muy atractiva entre sus competidores, donde el precio para un vehículo de trabajo es tan sensible: JAC T8 ($152.000.000), Volkswagen Amarok Extreme ($266.000.000), Nissan Frontier S ($190.000.000) Mitsubishi L200 GLS ($233.000.000), Toyota Hilux ($252.000.000), Ford Ranger XL ($181.000.000), JMC Vigus Pro ($181.000.000), KGM Rexton ($162.000.000), porque su relación precio / capacidades / equipamiento la hacen bastante digna de consideración. Está bien hecha, se comporta decentemente, es muy cómoda y su motor es silencioso y económico.

¿Calidad y durabilidad a futuro? Habrá que esperar. Los modelos que llegaron hace casi 10 años aun se ven rodando, la representación en Colombia por lo menos es sólida  (Grupo Corbeta, los mismos de Alkosto, AKT, Kalley y otras marcas) y la cantidad de camiones que venden y ruedan pueden servir como testimonio.

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