La marca italiana, fundada por el argentino Horacio Pagani hace tres décadas, sorprende con este diseño que recuerda algunas hipermáquinas de finales de siglo pasado. Está animado por un V12 biturbo sin electrificación alguna. El fabricante ha dejado en claro que el tema eléctrico, por ahora, no está contemplado en su portafolio.
Tras un desarrollo que tardó seis años, solo habrá 99 unidades, todas vendidas ya a 2,1 millones de euros por ejemplar, con una sola carrocería en presentación coupé. El chasis es monocasco en fibra de carbono y titanio con dos subchasises tubulares de acero, para un peso de 1.280 kilogramos.
El motor es un V12 6.0 biturbo de origen Mercedes-AMG con 864 caballos y 1.100 Nm de torque hasta las 5.900 revoluciones. La tracción es trasera y la caja es automática de siete velocidades, pero puede elegirse una manual de seis para los más puristas. Ambas, firmadas por Xtrac. La relación peso / potencia es de solo 1,5 kg por caballo.
La suspensión es adaptativa en aluminio forjado de doble horquilla con amortiguadores de control electrónico y diferencial electromecánico. Los frenos carbocerámicos, firmados por Brembo tienen discos de 410 mm adelante y 390 atrás.
Algunos de los paneles de la carrocería son en fibra de carbono y en el techo lleva dos hojas acristaladas. Los espejos laterales son flotantes mientras los rines tienen 21 pulgadas adelante y 22 atrás, enmarcados en ruedas Pirelli PZero Corsa.
El interior es una combinación de cuero y aluminio en sus acabados, con volante en este ultimo material y recubierto en piel. La barra de cambios, en rejilla, muestra toda la operación del mecanismo en al versión manual. No hay pantalla de infoentretenimiento.
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