La primera presentación de 2020 corrió por cuenta de la marca japonesa y se llevó a cabo en el municipio de Anapoima, en Cundinamarca. Allí BLOGARAJE tuvo oportunidad de probar la nueva Nissan Frontier con el apellido PRO-4X, que si bien no representa un cambio de generación en sí, es una actualización estética y de equipamiento que busca retomar el primer lugar en ventas que tuvo hasta 2019 y que en 2020 cedió en favor de la Toyota Hilux.
La Nissan Frontier, ensamblada en México, muestra un cambio en sus rasgos exteriores, coronado por la parrilla en negro con el nombre de la camioneta en al parte superior. Las luces LED con cuatro unidades en cada faro son de serie y esta nueva versión tiene acentos naranja en el logo de la persiana y algunas zonas de la carrocería y el interior. Las llantas van con rines de 17 pulgadas mientras las luces traseras y lso paragolpes también son de nuevo diseño.
Lujos de automóvil
A pesar de ser vehículos de trabajo cierto nicho de clientes exige algunos adelantos tecnológicos también para estos carros en sus versiones tope, como es le caso de esta PRO-4X, que incorpora el sistema de entrada y arranque sin llave, volante con mandos para la telefonía y el computador a bordo y asientos revestidos en ecocuero, además de pantalla central táctil y centro de entretenimiento multimedia de ocho pulgadas compatible con los sistemas de telefonía celular, además del sistema de climatización doble. La cabina es amplia y adelante está orientada a la comodidad, en ocasiones parece el ambiente de un SUV de lujo.
Punto a destacar merece la seguridad, con seis airbags en cabina y asistentes para alertar en caso de peligro de colisión frontal con frenado de emergencia, alerta de punto ciego, de abandono de carril y de tráfico cruzado. Las cámaras 360 son también una ayuda invaluable sobre todo en terrenos irregulares, donde se pierde campo de visión. Situaciones que tuvimos oportunidad de comprobar en una pista 4×4 especialmente preparada para ello, donde también vimos operar el control de descenso, que mantiene la camioneta a una velocidad contante y el bloque de diferencial trasero, que reparte la potencia entre las ruedas que están aferradas al piso mientras una permanece en el aire.
Motor: un viejo conocido
Se trata de la misma unidad de potencia que equipaba la versión anterior, un cuatro cilindros Diesel 2.5 con una potencia de 188 caballos y 450 Nm de torque acoplado a una caja automática de siete velocidades, conjunto que tiene un buen comportamiento en general, con leve retraso en aceleraciones fuertes pero con un escalonamiento de las relaciones que lo van recuperando en forma lineal. Tiene una economía en torno a los 39 kilómetros por galón de uso en carretera y ciudad.
La transmisión 4×4 con bajo puede activarse en marcha y su respuesta en situaciones fuera del asfalto es muy satisfactoria, como pudimos comprobarlo en las pruebas especiales a las que fue sometido el vehículo, gracias también a la suspensión trasera multibrazo.
El precio anunciado para Colombia en la versión probada, la PRO-4X, es de $165,990,000.